¿La suerte cambia?

Dice mi prima Tere que mi suerte cambió el día en que al camarero se le cayó la bandeja... Lo que no me ha aclarado es si para bien o para mal; aunque  vete a saber, teniendo en cuenta que en cuestión de horas me marcan la cara de por vida, machaco mi super smartphone, olvido una pelicula de terror en la que estaba sumida desde hacía un mes,  y con puntos en mi rostro conozco un yogurin que a día de hoy me da bastantes alegrías, y de eso hace ya un mes. Fifty-fifty. ¿no?
Será cuestión de quedar constancia escrita de ahora en adelante,  y ya echaré yo la vista atrás para contrastar.

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