Este fin de semana ha tocado Aldia do meco, playas vírgenes a veinte minutos de Lisboa. Cada día me siento más agusto en Portugal. Me encantan sus fantásticas playas, extensas, de arena y aguas limpias y muy muy fresquitas.
Los portugues siempre tienen una sonrisa en la boca y son todo amabilidad y buenos modos (cosa que aquí...ejem).
La comida ya ni cuento, mejillones, choquitos, sardinitas, y una cosa que me pierde... ¡caracois! con una cervecita lusa bien fría de petisco merendero.
Tan sólo dos días han sido suficiente para relarse y desconectar. Espero hacer muchas visitas a los vecinos en lo que queda de verano, que estas pequeñas excursiones te cargan bien las pilas y ayudan a sobrellevar las calores del suroeste peninsular
No conozco la zona, pero parece paradisiaca, la apunto en la agenda para visitarla.
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